Hacia El Vértice, Pasados Por Agua
Publicado: 17.10.2008 - 10:26
Fracasados el plan A y el plan B, ponemos en marcha el plan C. Pero, por la mañana, recibo una llamada de teléfono y tenemos que volver a casa antes de lo previsto; nada importante, pero un inconveniente más :wallb:
Bueno, pues improvisamos el plan D, ¡será por planes!
Dejamos el
en el corral de las mulas y nos acercamos a los ibones de Anayet; mi amigo no los conocía (el año pasado por estas fechas intentamos ir y lo descartamos por la lluvia, marchándonos hacia Panticosa) y a mi me parece que es un sitio digno de verse. El caso es que, a mi compañero de escapadas otoñales, la combinación monte+agua equivale a "me doy la vuelta pero ya", lo cual no deja de ser un serio inconveniente para las escapadas otoñales, la verdad...
Bueno, pues tiramos para arriba por el barranco de Culivillas, con intención de llegar hasta los ibones y "lo que surja". El arroyo baja precioso, formando deliciosas cascaditas y pequeñas pozas...

Me fascina este pequeño valle; el color de la piedra combinado con los tonos otoñales lo hace aún más bonito. Por supuesto, la
no hace justicia a la belleza del paisaje.

Ya en el llano de los ibones, el Midi está tímido... no se dejará ver.

El Pico Anayet sí se ve... pero poco rato. Hacemos una paradita para un bocata de mejillones (no hay
para no dar envidia
) y un montón de fruta (Carlos casi se lleva una frutería entera en la mochila).

Después de la comida nos animamos a subir al Vértice, pero la cosa se va poniendo fea...

Huy, lo que viene por ahí...

Nos empezamos a mojar y la cara de mi amigo lo dice todo.

Aún así, seguimos ascendiendo, pero la visibilidad es casi nula y nos estamos mojando.

Estamos en la arista, pero... ¿dónde está el Vértice?

Quizás nos precipitamos un poco al tomar la decisión, pero nos dimos la vuelta. Lo cierto es que no se veía nada... En media hora se había despejado bastante, pero tampoco era cuestión de que nadie pasase un mal rato. Nada, el año que viene volvemos.
Contrastes de luz en la bajada.

Y más colores...

Pues hasta aquí la escapada otoñal (Sobrios on Tour 2008). A pesar de que los planes se fueron cayendo uno detrás de otro, no nos podemos quejar. Hemos disfrutado un montón y ya estamos preparando los planes E, F, G y H para el año que viene partirse Aparte del día de Ordesa no nos hemos cruzado con una sola persona en las dos rutas que hemos podido hacer. Hemos disfrutado de tanta paz y tranquilidad que, a la vuelta, tomando un café en un bar, me aturdía oir dos conversaciones a la vez. oo
Pues eso, el año que viene, más otoño.
Bueno, pues improvisamos el plan D, ¡será por planes!
Bueno, pues tiramos para arriba por el barranco de Culivillas, con intención de llegar hasta los ibones y "lo que surja". El arroyo baja precioso, formando deliciosas cascaditas y pequeñas pozas...

Me fascina este pequeño valle; el color de la piedra combinado con los tonos otoñales lo hace aún más bonito. Por supuesto, la

Ya en el llano de los ibones, el Midi está tímido... no se dejará ver.

El Pico Anayet sí se ve... pero poco rato. Hacemos una paradita para un bocata de mejillones (no hay

Después de la comida nos animamos a subir al Vértice, pero la cosa se va poniendo fea...

Huy, lo que viene por ahí...

Nos empezamos a mojar y la cara de mi amigo lo dice todo.

Aún así, seguimos ascendiendo, pero la visibilidad es casi nula y nos estamos mojando.

Estamos en la arista, pero... ¿dónde está el Vértice?

Quizás nos precipitamos un poco al tomar la decisión, pero nos dimos la vuelta. Lo cierto es que no se veía nada... En media hora se había despejado bastante, pero tampoco era cuestión de que nadie pasase un mal rato. Nada, el año que viene volvemos.
Contrastes de luz en la bajada.

Y más colores...

Pues hasta aquí la escapada otoñal (Sobrios on Tour 2008). A pesar de que los planes se fueron cayendo uno detrás de otro, no nos podemos quejar. Hemos disfrutado un montón y ya estamos preparando los planes E, F, G y H para el año que viene partirse Aparte del día de Ordesa no nos hemos cruzado con una sola persona en las dos rutas que hemos podido hacer. Hemos disfrutado de tanta paz y tranquilidad que, a la vuelta, tomando un café en un bar, me aturdía oir dos conversaciones a la vez. oo
Pues eso, el año que viene, más otoño.