El sábado estuve con unos amigos en la zona para subir al Ibón de Bernatuara.
Os dejo una breve reseña y varias fotejos de la caminata:
La ruta arranca en el puente románico de San Nicolás y comparte camino en su primer tramo
con la subida al Puerto de Bujaruelo.
En algo más de 20 minutos, casi cuando estamos situados bajo una torre de alta tensión,
el sendero se aparta por la izquierda del que sube al Puerto. (hay flechas amarillas en ´
un par de rocas que lo marcan; no obstante conviene estar atento)
Enseguida nos topamos con el barranco de Lapazosa. La palanca metálica que permitía salvarlo está
destrozada, así que hay que buscar el mejor paso sobre las piedras o descalzarse para cruzar.
Ya en la otra orilla, un breve aunque frondoso hayedo nos recibe y conduce hasta que en apenas 10 minutos
salimos a la Plana Sandaruelo.
Las vistas se abren. Buen panorama circular. Delante ya nos aproximamos al barranco de Bernatuara que se
descuelga por detrás del refugio. Si echamos un vistazo atrás, la fiera pared norte de los Gabietos nos escolta.
En varias reseñas había leído la posibilidad de subir por ambas márgenes. No nos complicamos la vida y seguimos por el evidente sendero que por la izquierda y en paralelo al torrente permite progresar hacia arriba.
Al ibón cuesta acceder. Desde este punto la subida es constante y maltrata psicológicamente ya que hay que llegar casi hasta la línea de crestas que tenemos siempre al fondo.
Después de aproximadamente 2´30h desde el
el camino describe una última curva hacia la derecha y, bajo la cresta rocosa que nos quedará encima, en 10 minutos más, sin perder ni ganar altura, busca el cuello bajo el cual se esconde en perfecto embudo el recóndito Ibón de Bernatuara.
Recomendable descender hasta él y rodeándolo por la izquierda subir hasta el Puerto. Amplio panorama el que se abarca sobre el país vecino y preciosa postal si echamos la vista atrás con el paredón del Mondarruego, Gabietos y parte del Taillón como telón de fondo.
Echamos el almuerzo de rigor aunque no podemos redondear la jornada con una siesta ya que la entrada de nubes que
anunciaban las previsiones junto a un viento fuerte nos obligan a levantar el campamento.
En el regreso a Torla nos encontramos con viejos amigos que ponen la guinda a un pastel con regusto amargo al conocer el percance del barranquista valenciano.
Espero que os haya gustado.
Saludos!
