INTRODUCCION
La cima de Punta Acuta o Pico Schrader (2.242) domina la Sierra de las Cutas que está compuesta básicamente por la Cresta de Diazas (al oeste) y la Cresta del Tito (al este). Aparece ligeramente retranqueada sobre la cara norte del Valle de Ordesa con un desnivel de 922 metros respecto del fondo del mismo a la altura del aparcamiento de la Pradera. Mi objetivo para esta ocasión es el recorrido integral de la Cresta de Diazas partiendo desde dicho aparcamiento hasta el pueblo de Torla, pasando por tres tramos bien definidos que son (de este a oeste): Diazas (que le da nombre a toda ella), El Molar y Duáscaro. Antes de continuar, considero imprescindible advertir al lector que el último tramo no dispone de camino consolidado en su totalidad, por lo que, quienes no conozcan exquisitamente el terreno, deben ir acompañados o alcanzar la Pista Forestal de la Montaña de Diazas desde el Repetidor del Molar. Admite el recorrido en sentido inverso pero yo prefiero éste por mayor comodidad en el ascenso y para llevar el sol por detrás, evitando los molestos contraluces y/o deslumbramientos (esto último es una opinión personal y por lo tanto hay que tratarla en consecuencia).
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APROXIMACION
Desde la Pradera de Ordesa por el camino de la margen izquierda para cruzar el Río Arazas por el Puente de la Senda de los Cazadores.

Valle de Ordesa (margen izquierda).
A la salida del Puente de la Senda de los Cazadores (en la intersección con el Camino de Ordesa al Puente de Arripas) aparece este punto de señalización.
Al frente, en dirección Cazadores/Pelay, el camino (muy amplio al principio) atraviesa las verdes praderas del Cubilar de las Vacas hasta alcanzar la desembocadura del —seco— Barranco de los Cazadores justo en el límite norte de la zona de reserva de la Umbría de Ordesa donde otro punto de señalización nos recuerda la normativa y, además, la prohibición de abandonar el sendero y su peligrosidad.
A partir de aquí comienza la subida sin tregua hasta la cima. Entre la primera y la segunda faja de la Senda de los Cazadores hay otro cartel de prohibición de abandonar el sendero. El denso pinar (salvo en condiciones pre-invernales) no permite disfrutar de las vistas hasta pasada la tercera faja.

Proa de Calcilarruego.
Espectacular pared en cuya parte alta se encuentra el mirador y el refugio. Imagen tomada desde un poco más arriba de la tercera faja de la Senda de los Cazadores.

Senda de los Cazadores.
Muy cerca ya del desvío Calcilarruego/Punta Acuta está el tercer y último cartel de prohibición. Por motivos tradicionales de paso, ésta senda es la única no prohibida de todas las que discurren por la zona de reserva de la Umbría de Ordesa.
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CAMINO DE CALCILARRUEGO A PUNTA ACUTA
La Senda de los Cazadores termina (después de 90 lazadas) en un pequeño y discreto promontorio bastante libre de vegetación y arbolado con buenas vistas. Aquí hay otro punto de señalización; a la izquierda —en ascenso— la Proa, Mirador y Refugio de Calcilarruego como inicio de la Faja de Pelay (tramo este) y a la derecha —en descenso momentáneo— Punta Acuta (no indicado como veremos más adelante). Esta —relativamente corta— ruta, en su parte inferior hasta el desvío que hay pasado el Barranco de los Cazadores, formaba parte del tramo oeste de la Faja de Pelay hasta su prohibición en 1982.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Comienzan los primeros claros que permiten contemplar algunas lazadas por las que hay que pasar en breve. Arriba, la Punta de Diazas.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Señalización previa al cruce del Barranco de los Cazadores.
Este cartel no está escondido pero si muy discretamente colocado. Es el primero que hace referencia a Punta Acuta y pienso que se trata de una maniobra de conducción disuasoria ante las dificultades y peligros que se avecinan.

Proa de Calcilarruego.
Ahora sí que podemos apreciar el punto más peligroso de la ruta Cazadores/Pelay, que se encuentra en la empinada fajeta curvada de acceso al mirador y refugio.
La gran afluencia de viajeros ha provocado la roturación del escaso suelo de la fajeta. Las raíces de los pinos asoman por doquier y una triste lluvia es capaz de generar unas condiciones peligrosamente resbaladizas en esta zona tan expuesta al vacío. Del cruce del barranco con nieve prefiero no hablar ya que varios accidentes mortales lo avalan.

Faja de Pelay (tramo oeste).
Si somos un poco curiosos, o conocemos la historia previa a 1982, podemos encontrar este cartel unos metros más allá de un desvío camuflado. Se trata del acceso al camino prohibido. :-(

Grado Tartaruela o de la Tartera.
Esta gigantesca glera da origen al Barranco de los Cazadores. Arriba, a la izquierda de la cresta, se asienta el Mirador de Punta Acuta o de la Herradura.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Hay que seguir subiendo hasta alcanzar la pared a la altura de una característica horquilla.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Este es el paso más peligroso de todo el recorrido (al que siempre he dado el apelativo personal de: la V).
Desde la horquilla se ve la exposición y pendiente de estas dos pedregosas rampas. Resulta curioso comprobar cómo los chicos del P.N. (tan proclives a proteger los pasos) no han colocado un pasamanos de cadena. Recuerdo cuando pasé por aquí la primera vez, bajando de Punta Acuta hará unos treinta años; entonces era un “turista inexperto” incapaz de comprender como era posible llevar dos latas de pintura roja/blanca y dos brochas para señalizar estos andurriales. Aún hoy, me sigue pareciendo un trabajo más que reseñable. Unos metros más abajo del pinito que aparece en primer término, se abre una larga grieta en la pared (señalizada y equipada con cadena) que sirve de escape al Paso de la V saliendo —sin camino— a la herbosa y empinada cara norte de Punta Acuta. Aunque más corto, no sé lo que es peor.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Pasado el peligro, una retrospectiva para comprobar lo empinada que es esa inestable rampa.
Ya que he desenfundado la cámara, voy a aprovechar para disparar un poco más con tranquilidad a las zonas que visité ayer, comer algo e hidratarme adecuadamente.

La Fraucata.
Zoom de detalle a la Faja Petrazals y, arriba, la Faja de la Fraucata.

Pared del Libro Abierto.
Perfectamente delimitada por el Espolón Uda —izquierda—, el Espolón de la Primavera —derecha—, la Faja Luenga —arriba— y la Faja Racón o de Arracón —abajo—. Sobre todo, se aprecian las estribaciones orientales de la Faja de las Flores; al fondo, el Collado de la Cascada (2.938) y el Hombro de Marboré (3.075).

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
El sendero se monta en una exigua cornisa con leves altibajos orientada al NO para atravesar un par de empinadas barranqueras; la primera de ellas, equipada con cadena.

Abismo hacia el fondo del Valle de Ordesa.
A media altura cruza el tramo oeste de la Faja de Pelay y su camino todavía visible en algunos puntos —barranqueras— carentes de arbolado.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Detalle del pasamanos una vez cruzado.
Como no doy crédito a lo que acabo de hacer, es decir, pasar sin tocar la cadena, vuelvo a repetir el paso en ambos sentidos para comprobar que la instalación es innecesaria. ¡Vamos! “a pelo”, tal y como se hacía antiguamente.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Cambio de orientación hacia el sur para, otra vez en ascenso, cruzar por ésta característica horquilla.

Abismo hacia la Pradera en el fondo del Valle de Ordesa.
Otro paso vertiginoso, aunque más inofensivo de lo que parece a primera vista ya que aquí el camino es un poco más ancho y está bien asentado.

Camino de Calcilarruego a Punta Acuta.
Tras esta fajeta herbosa, a la izquierda de la roca donde se encuentra el cartel de “senda muy peligrosa”, está la salida a la cima de Punta Acuta.

Proas en Calcilarruego.
Espectacular vista de estos espolones perfilados sobre la Fraucata. Al fondo, el Collado Inferior de Góriz o Cuello Gordo y la Sierra Custodia.

Punta Acuta o Pico Schrader (2.242).
Salida a la cima por la cara norte.

Punta Acuta o Pico Schrader (2.242).
Para optimizar la ascensión, voy a pasar primero por el mirador a través del camino que cruza la cara norte a media ladera (bajo la barra rocosa en sombra).

Mirador de Punta Acuta o de la Herradura.
Perfilado sobre el Circo Glaciar de Cotatuero y en plena visita de los turistas que han llegado hasta él con el servicio de taxis de Torla. Son las primeras personas que veo en toda la mañana.

Punta Acuta o Pico Schrader (2.242).
Ahora sí. Me dirijo a la cima por la cara este.

Punta Acuta o Pico Schrader (2.242).
Punto culminante y límite de los territorios protegidos. Como voy solo, y no soy amigo de los selfies, dirijo mi objetivo hacia Salarons.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (sector noroeste).
Panorámica que lo que vamos a poder ver y disfrutar a lo largo de la Cresta de Diazas. Fajas, tozales, espolones, cimas exteriores de la meseta y tresmilería fronteriza.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (sector este).
Detalle de la Cresta del Tito (zona oriental de la Sierra de las Cutas). Recomiendo comparar ésta imagen con la homónima de Lucien Briet (un siglo de diferencia), donde no aparecen ni el Mirador de Punta Acuta o de la Herradura ni la Pista Forestal de la Montaña de Diazas y, además, se puede apreciar la generalizada diferencia de vegetación especialmente más acusada en la gigantesca depresión de la Carquera.

Brecha de Roldán.
Custodiada por la Punta Bazillac (2.976) y el Casco de Marboré (3.011) sobre el Pico Anónimo (2.769). Perfilado en primer plano de las estribaciones orientales del Gallinero, la Faja de las Flores y la Faja Luenga.

Barranco de Diazas.
Su variopinta ladera norte es atravesada por la Pista Forestal de la Montaña de Diazas. Al fondo, el Cebollar, el Pico de Otal y la Sierra de Tendeñera.

Collado de Punta Acuta o de Estatón (2.113).
Detrás, la Sierra de Yosa (cresta Pelopín/Gabalos) y, más lejos, las sierras exteriores.

Los Canarellos y sus Proas.
Ejemplo de paralelismo vertical exquisito. Zoom de detalle a la faja por la que pasé ayer.

Pared del Libro Abierto.
Perfectamente delimitada por el Espolón Uda —izquierda—, el Espolón de la Primavera —derecha—, la Faja Luenga —arriba— y la Faja Racón o de Arracón —abajo—.

Cresta de Diazas.
A la vista de sus dos primeros tramos, Diazas y el Molar. En primer término las dos últimas lazadas del Camino de Calcilarruego a Punta Acuta. Al fondo la zona de Panticosa entre el hueco dejado por el Pico de Otal y la Escuzana. Voy a bajar hasta el collado que me separa de ella (Collado de la Punta de Diazas).
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DIAZAS
La Punta de Diazas (2.163/2.163) es, en realidad, una cima bicéfala cuyas cotas gemelas se encuentran separadas por un collado mínimo (2.158). Contemporánea y popularmente muy confundida con Punta Acuta (y viceversa) gracias al influjo negativo de ciertas guías y mapas que evidencian un manifiesto desconocimiento del terreno y su toponimia. En cada una de las cimas hay un mirador acondicionado; al este, el de la Reina y, al oeste, el del Rey, que son muy poco visitados en favor del recorrido lineal y mínimo desnivel que ofrece la Pista Forestal de la Montaña de Diazas en este punto. Nuevos puntos de vista para ciertas codiciadas imágenes. Su relieve es especialmente sobresaliente y desafiante desde el Collado de Duáscaro o Collado de Diazas o Cotatiata.

Collado de la Punta de Diazas.
Desde la confluencia del Camino de Calcilarruego a Punta Acuta con el proveniente de la Pista Forestal de la Montaña de Diazas, un solitario y discreto sendero se encarama a la cresta sin apenas esfuerzo. Tras el perfilado de la misma, las cimas del Pico de Otal y la Escuzana.

Barranco de Diazas.
Su variopinta ladera norte es atravesada por la Pista Forestal de la Montaña de Diazas. Aunque pueda parecerlo, lo que hay en el claro del bosque (en la primera curva visible) —Plana Baja—, no es un club selecto para montañeros de élite fatigados, con piscina-spa, masajes temáticos, super-tumbonas reponedoras y cervezas frías gigantes, ¡qué va! se trata de uno de los depósitos de prevención de incendios estratégicamente repartidos por el territorio. Pero ¿a que es tentador? ;-) Por detrás, la característica curva de la Cruceta y, más abajo, la Ermita de Santa Ana.

Mirador de la Reina.
Situado en la cima oriental, es, para mí, el más apropiado de todos los de la cresta para vivaquear, debido a su reducido tamaño y a la construcción semi-enterrada que ofrece una protección máxima contra el viento. En el horizonte, los Picos de Gabieto, el Casco y la Torre de Marboré, el Collado de la Cascada y el Hombro de Marboré. La zona Taillón/Brechas está eclipsada por el Pico de Salarons o Gallinero.

Fondo del Valle de Ordesa.
El Puente de la Senda de los Cazadores, que conduce al Camino de Ordesa al Puente de Arripas, con la pradera del Cubilar de las Vacas en primer término y, en la margen derecha, el Camino al Circo Glaciar de Soaso. Imagen tomada desde el Mirador de la Reina.

Fondo del Valle de Ordesa.
El aparcamiento de la Pradera con el Camino de Ordesa al Puente de Arripas en primer término. Se aprecian algunos viajeros pero hay dos cosas que desentonan ¿cuáles son? Imagen tomada desde el Mirador de la Reina.

Punta de Diazas.
Justo al lado de éstas dos solitarias victimas invernales está el collado entre las dos cimas (2.158). Al fondo, el Pico de Otal y la Sierra de Tendeñera.

Mirador del Rey.
A falta de unos pocos metros para llegar, el sendero termina por desaparecer como prueba de la falta de tránsito. Y los horizontes se abren hacia Panticosa en lo que va a ser la tónica general a partir de ahora.

Punta de Diazas.
Retrospectiva hacia la Proa de Calcilarruego y Punta Acuta o Pico Schrader. Al fondo —izquierda— la Fraucata, Sierra Custodia y el Pueyo de Mondicieto. Imagen tomada desde el Mirador del Rey.

Fondo del Valle de Ordesa.
De arriba a abajo de la imagen, Selva de Ballazan (bajo cuya frondosidad discurre el camino de la Faja), Nueva Casa de Oliván y Campos de Salarons, Carretera de Torla a Ordesa A-135, Antiguo camino que unía el Puente de Ordesa con las fincas referidas y Río Arazas (zona Fresnos/Fuentes). Imagen tomada desde el Mirador del Rey.

Tozal del Mallo (2.254).
Siempre fiero y desafiante aún cuando se perfila sobre las Murallas de Mondarruego y el Circo Glaciar de Carriata. Imagen tomada desde el Mirador del Rey.

Punta de Diazas.
Si bien el camino ha desaparecido, éstas víctimas y supervivientes de las duras batallas invernales me van a estrechar entre sus brazos para ayudarme a bajar por la empinada y expuesta cara oeste.

Punta de Diazas (cara oeste).
Por ahí acabo de bajar, muy bien, gracias a mis amigos los pinos, es más fácil de lo que parece. Al fondo, el Circo Glaciar de Cotatuero coronado por el Cilindro de Marboré (3.325). Imagen tomada desde Plana Alta.

Plana Alta.
Voy a aprovechar las oportunas sombras de sus sosegadas praderas para merendar un poco e hidratarme adecuadamente.

Plana Alta.
Retrospectiva hacia la cara oeste de la Punta de Diazas y Punta Acuta o Pico Schrader.

El Molar.
Aparece a la vista el siguiente tramo del recorrido y, por detrás, como telón de fondo, la sublime estampa del Pico de Otal o Arañonera (2.705). Imagen tomada desde Plana Alta.
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EL MOLAR
Su topónimo define perfectamente la sensación que experimenta el viajero cuando lo contempla desde el fondo del Valle de Ordesa en la vertical con el Balcón de la Selva de Turieto. Dispone de tres atalayas acondicionadas, los Miradores del Molar, siendo la central (2.003) la máxima cota de tan tremenda muela. Después el terreno cambia y comienza el descenso hacia la Peña de Duáscaro.

Collado de Duáscaro o Collado de Diazas o Cotatiata.
En la Curva del Molar de la Pista Forestal de la Montaña de Diazas se encuentra este punto de señalización y de nuevo, aunque por breve, el camino. Ahora hay que ir hacia los miradores.

Mirador del Molar (oriental).
Al que se llega enseguida para contemplar la entronización de la Escuzana (2.845) sobre las Murallas de Mondarruego.

Punta de Diazas.
Exhibiendo su desafiante cara oeste sobre los cortados sustentados por la Faja de Pelay. Al fondo, la Fraucata (zona Canarellos). Imagen tomada desde el Mirador del Molar (oriental).

La Fraucata.
Zoom de detalle a la Faja Petrazals y, arriba, la Faja de la Fraucata. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (oriental).

Circo Glaciar de Carriata.
Coronado por el Pico de Salarons o Gallinero (2.746). Al fondo, el Pico Blanco (2.916) y el Taillón (3.144). Abajo, en la Faja, la Borda de Salarons. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (oriental).

Barranco del Gallinero.
Zoom de detalle a éste idílico rincón colgado entre la Faja Luenga y la Faja de Racón o de Arracón. Su caudal permanente brota de la pared allá donde interseca con la senda por la que pasé ayer. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (oriental).

Repetidor del Molar (1.983).
Perfilado sobre la exquisita geometría de las laderas de la Montaña del Cebollar y su Pista Forestal. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (central).

Ladera sur del Molar.
Margen derecha del tramo superior del Barranco de Duáscaro y, como horizonte, la Punta de Diazas con su collado, Punta Acuta con el suyo, el Pico de Enmedio o de Estatón y su pocino. Imagen tomada desde el Repetidor del Molar.

Mirador del Molar (occidental).
El último de los tres miradores. A partir de aquí vuelve a desaparecer el camino para dar paso a un nuevo tipo de obstáculo, un gigantesco campo de lapiaz tapizado de erizones casi en su totalidad.
Me voy a poner ya las polainas que he subido en previsión para el evento. Sí, sí, evidentemente ahora no hay nieve, pero estas compañeras de viaje van a evitar que las punzantes hojitas lanceoladas de los erizones se metan entre las botas y los calcetines y/o que después me pinchen molestamente.

Las Tres Sorores.
Solamente por tomar esta imagen ya merece la pena pincharse con los erizones y bajar hasta aquí, pues es el único mirador desde el que se ven las tres cimas sobre el Pico de Millaris (2.619) gracias a la abertura del Circo Glaciar de Cotatuero. En primer término, el Espolón Uda, la colosal pared del Libro Abierto y el Espolón de la Primavera. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (occidental).

Fondo del Valle de Ordesa.
En la intimidad del bosque, el impetuoso Río Arazas abre sus espacios en saltos como éste de la Cascada de los Abetos. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (occidental).

Fondo del Valle de Ordesa.
Bajo mis pies, parte del tramo oeste de la Faja de Pelay sobre la vertical con el Balcón de la Selva de Turieto. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (occidental).
Las dos imágenes que vienen a continuación son comparativas del estado de la herida provocada por un gigantesco alud en el invierno del año 1996 y permiten apreciar el lento progreso natural de regeneración forestal.

Barranco de la Canal.
Estado actual del barranco con fecha 13-09-14. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (occidental).

Barranco de la Canal.
Estado del barranco tres años después del alud con fecha 13-05-99. Imagen tomada desde el Mirador del Molar (occidental).

El Molar.
Esa pared lisa, bajo el cartel de límite del Parque Nacional y sobre el tramo oeste de la Faja de Pelay, marca el inicio de la pendiente final de éste tramo.
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DUASCARO
Una peña gigantesca y oblicua que sirve de centro de giro para dar salida natural por su cara norte al Valle de Ordesa, en favor del Valle de Broto, y abrazar a la margen derecha de su barranco por la ladera SO. La cresta se vuelve más agreste, con abundante arbolado y perdiendo cota de forma casi vertiginosa entre los 1.800 y los 1.550, donde, en una zona algo más clara, sobre el final de su faja, a la vista y cerca ya de los campos inferiores, comienza a desdibujarse como tal. Nuevamente, considero imprescindible volver a advertir al lector que no existe camino consolidado en este tramo, por lo que, quienes no conozcan exquisitamente el terreno, deben ir acompañados o alcanzar la Pista Forestal de la Montaña de Diazas desde el Repetidor del Molar.

Las Fachangas.
Parte final del tramo oeste de la Faja de Pelay por la que el camino prohibido desciende hasta intersecar con otro de igual condición, el camino del Bosque de Turieto (zona superior), (popular y erróneamente conocido como Turieto Alto), antes de llegar al fondo de la Ambisteta. Enfrente, el doble piso de la Peña de Lomenas (El Homenaje), el otro custodio gigante de las Murallas de Mondarruego.

Duáscaro.
La progresión, especialmente en descenso, por este tipo de terreno y sin camino (maraña esponjosa y dura a la vez), se torna muy lenta ya que hay que asegurar cada paso con objeto de evitar meter la pierna en alguna de las numerosas e invisibles grietas del lapiaz. Un esguince o fractura en este punto sería fatal. Vamos, que cuesta menos subir que bajar por estos andurriales. Al fondo, la zona del Barranco del Gallinero.

Umbral de Salarons.
Boquete firmemente custodiado por el Espolón o Cabo del Tardiador y el Pico de Salarons o Gallinero (2.746) que permite contemplar las cimas —ensombrecidas— del Pico Blanco (2.916) y el Taillón (3.144). En primer término, el Tozal del Mallo muestra con fuerza su desafiante relieve.

Duáscaro.
La cresta se va empinando cada vez más, haciendo que el descenso vaya siendo, también, cada vez más duro y lento. Estoy llegando a la Faja, donde me espera la captura de la siguiente —siempre— codiciada imagen.

El Lenar y los Campos de Andescastieto.
Son los dos primeros tramos del Camino de la Faja. La senda sube desde el Puente de los Navarros hasta los terrenos ahora ocupados por el Centro de Visitantes "El Parador" (antiguo Refugio Nacional de Turismo) y las instalaciones de prevención de incendios, sobre la Carretera de Torla a Ordesa A-135. Al fondo, el Estrecho del Azud. Imagen tomada desde la Faja de Duáscaro.
He empleado mucho tiempo jugando a esquivar erizones y grietas invisibles de lapiaz. Se está haciendo tarde y todavía me encuentro muy arriba, por lo que voy a tener que tomar una determinación al respecto. Tengo tres opciones para salir de aquí antes de que empiece a bajar la iluminación natural: la primera y original, seguir bajando por la cresta hasta los campos inferiores de Duáscaro, la voy a descartar porque desde la última vez que pasé por aquí, la vegetación y arbolado han crecido notablemente dificultando mucho el paso; remontar la cresta, hasta la Curva del Molar de la Pista Forestal de la Montaña de Diazas, no me hace ninguna gracia; voy pues a bajar al barranco por los claros y a media ladera para enlazar con el antiguo Camino de Duáscaro, a ver cómo está la cosa.

Margen derecha del Barranco de Duáscaro.
Después de remontar unos metros para abandonar la Faja de Duáscaro, vuelvo a salir al claro de la ladera para atravesarla por este corto tramo de erizones y lapiaz.
Una vez dentro del bosquecillo, que está en animada regeneración, poco a poco, los erizones van a desaparecer pues su misión está ya cumplida. Entre pinos y gleras, la progresión se hace más rápida para alcanzar pronto el cauce del barranco.

Barranco de Duáscaro (tramo superior).
Como supongo que muchos no habréis pasado nunca por aquí, simplemente confirmaros lo que ya intuía en la cresta; desde la última vez que reconocí esta zona (a principios de siglo), durante los trabajos preliminares para la apertura del barranco, la vegetación normal se ha ido transformando en exuberante. Corre un hilillo de agua que aprovecho convenientemente.
Tras salir del cauce a la margen izquierda y encontrar el camino (muy difuminado), inmediatamente paralelo al mismo, lo sigo en descenso e incluso veo algunos de los antiguos mojones. Todo parece ir bien hasta que de repente me doy cuenta de que, en algún punto, he perdido el rastro. Busco alternativas sin éxito y me veo abocado a una nueva determinación: en fuerte pendiente, sin garantías de paso, no es viable seguir bajando (sé que el camino está ahí pero ahora no lo encuentro); tampoco puedo quedarme sin luz y sin camino en el bosque; fríamente, sin dar botes de alegría y muy a mi pesar, decido remontar por el camino hasta intersecar con la Pista Forestal de la Montaña de Diazas para emprender así el clásico descenso definitivo.

Pista Forestal de la Montaña de Diazas.
Una vez alcanzado —no sin esfuerzo— el último e imprevisto objetivo, lo sigo hasta la intersección con el camino —ahora— señalizado PR-HU 129 - Torla - Miradores del Molar. Al fondo, la cima de Punta Acuta o Pico Schrader (2.242) coronando las vertientes del Barranco de Diazas.

Pista Forestal de la Montaña de Diazas.
Saliendo del bosque a la característica curva de la Cruceta y su jalón de nieve, donde vuelven a aparecer los regeneradores erizones, no en vano, pues todas estas laderas, antiguamente boscosas, fueron pasto de las llamas a mediados del siglo pasado.

La Cruceta.
Punto de señalización para seguir bajando hasta la siguiente intersección en la Ermita de Santa Ana.

Campos y Bordas de Diazas (1.460).
La meseta de Plana Selva aprovecha un antiguo depósito morrénico de origen glaciar. Abajo a la derecha, la Ermita de Santa Ana. Imagen tomada desde el Mirador de la Cruceta.

Ermita de Santa Ana.
Lugar idílico para la meditación y el recogimiento.
Es ya muy tarde y me quedo sin luz, por lo que hago dos llamaditas de teléfono: una a mi casa, para tranquilizar a mi MariHelen y otra a mi campo base en Sarvisé, para que no me esperen a cenar. Aquí, en las inmediaciones de la ermita, hay abundantes zarzas repletas de ricas moras de las que voy a dar buena cuenta para el último esfuerzo. También exprimo mis cantimploras ya que las volveré a llenar mas abajo en el barranco.

Punto de señalización.
Abro mi objetivo a tope para coger la máxima cantidad de luz posible en la última imagen de la jornada y me introduzco en el Bosque de Arripas.
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RETORNO
Quería haber bajado a la Pista Forestal de la Montaña de Diazas por el Camino de Duáscaro pero no ha sido posible. Ese tramo que ha presentado discontinuidad, probablemente por la exuberante vegetación, lo reconoceré a la mayor brevedad posible, en la medida de mis posibilidades, para informar adecuadamente. Acabo recortando la pista por el camino señalizado PR-HU 129 - Torla - Miradores del Molar y en las inmediaciones de la barrera de restricción de acceso, embebido por una oscuridad casi absoluta, enciendo la luz de mi linterna frontal (que siempre hay que llevar) porque todavía es pronto para que venga Catalina. Otra larga jornada que llega a su fin. Muy buen tiempo, casi 300 imágenes, numerosas comprobaciones GPS, croquis y dibujos, etc, a parte de la excursión en sí. Ha merecido la pena.
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OBSERVACIONES
Algunas imágenes, que no corresponden a la presente campaña, han sido cuidadosamente revisadas y adecuadamente colocadas a lo largo de la secuencia para sustituir a las imágenes originales en pos de una mejor calidad e iluminación. Otras han sido reordenadas en la secuencia pues mi recorrido real no ha correspondido exactamente al 100% con el propuesto en el presente reportaje.
Espero que os guste la ruta, a pesar del imprevisto final (que he relatado porque también tiene su importante lectura didáctica de previsión), y sirva de futura referencia tanto a los que no la conocen como a los que la revisiten.
Saludos.
EDUARDO SANCHEZ ABELLA





