Estás en el Lago Helado, si has sido listo te habrás levantado temprano y habrás desayunado lo justo para salir de Góriz aún de noche. Los frontales encendidos y los crampones en las botas. La nieve dura de la madrgada te permite un rápido avance hasta Lago Helado. Son las 9 de la mañana, el sol todavía no aparece en la cumbre del Perdido vista desde el lago. Hace ya un buen rato que el cielo azul ilumina nuestra subida, pero vamos por la sombra.
Un descanso en los bloques junto al Lago (se supone que está ahí porque está cubierto de nieve y no se ve). Desde aquí se adivina el camino de subida por la Escupidera. El primer tramo hasta llegar a más o menos la mitad de la subida es sencillo, un resbalón y vuelves al Lago...un poco más arriba la cosa se pone seria: un pequeño resalte de nieve da paso a la Escupidera propiamente dicha. La inclinación rondará los 40º, la huella está marcada, pero a tu derecha se abren 5 inquietantes embudos a cada cual más feroz. No se trata de un paso complicado, ni técnico, sólo se trata de andar; pero andar por el borde del abismo no es lo mismo que andar por la pradera. Impone un gran respeto. Procuro no mirar hacia otro lado que no sea mis pies: uno delante del otro, poco a poco, despacio. Los crampones en las botas y el piolet bien agarrado por si se produjera un resbalón.
Superas los últimos metros de inclinación y llegas a la antecima. Ante ti se abre medio Pirineo, unos metros más y estarás en la cumbre.
Tras la euforia de cumbre y las fotos de rigor viene lo más comprometido a mi modo de ver: bajar.
Has subido por la escupidera, hasta aquí todo bien. Ahora toca enfrentarte a la bajada viendo los embudos. Te das cuenta de que nada importa más que el siguiente paso que das, y luego el siguiente, y luego el otro. hay que ir atento, pero sin miedo. Depende de ti que las cosas salgan bien. La montaña no te va a tirar, ni una roca suelta en una arista hará que pierdas el equilibrio. Sólo un tropiezo por tu parte te puede precipitar por la escupidera y ten por seguro que si no te detienes ENSEGUIDA no vas a poder detener tu caía, ya que habrás iniciado un vuelo por encima de alguno de los 5 embudos, da igual cual de ellos, el resultado es el mismo: un manto de nieve un montón de metros más abajo te espera frío, duro y mortal. Una vez regresas al resalte que supera el último de los embudos, una sensación de tranquilidad te invade. has superado la prueba.
Me ha quedado un relato un tanto literario, pero creo que batante esclarecedor. La escupidera no es difícil de superar, ni tiene pasos técnicos ni nada similiar; pero si cometes un error: te matas. Así de simple.
Para más información busca en mi blog:
www.abriendohuella.blogspot.com encontrarás un relato de la ascensión a Monte Perdido de hace un par de semanas y podrás ver alguna

de la escupidera: desde abajo y desde el mismimisimo centro de ella, verás los embudos y la marcada huella que separa la vida de la muerte. SUERTE.