Guarrinza y Aguas tuertas
Publicado: 31.07.2013 - 19:21
Peñazo de . Huis, perdón.
Es que llegar hasta el último punto al que se puede llegar en nos llevó una hora desde Ansó.
Unos 7 km por pista con sus baches, boquetes, baquitas,… Porque claro, ¿quién tenía mucho respecto a las vacas? Pues sí, en medio de la pista todo un rebaño de vacas. Mira que hay praos,… pues no. Ahí, en medio, y na ni acosándolas, ni bocina, ni na. Impasibles. Así paramos creo que cuatro coches. Del tercero se bajó un caballero muy resuelto que sopechamos era menos urbanito que el resto. A palmas, voces y alguna coz (perdón, patada) consiguió apartarlas lo suficiente para poder pasar.
La pista de guarrinza es aburrida. Muy aburrida, pero por suerte va subiendo con suavidad así que, al menos, no se hace dura. Hay algunos atajos que fuimos pillando, aunque el último, el más gordo se nos despistó al subir y lo vimos ya desde arriba,… así que para la vuelta, lo teníamos claro.
Desde ahí vemos la pista que hemos ido dejando atrás.
Al terminar la pista y tras pasar una valla que evita el paso del ganado veremos un pequeño refugio. Para la vuelta, es ahí, antes de pasar esta vaya y junto al refugio donde cogeremos un pequeño atajo que nos evitará alguna curva potente de la pista que nos acabamos de tragar.
A partir del refugio, entraremos de lleno en el valle de aguas tuertas. Un paisaje de película. Para mí que Bonanza y las pelis de indios y vaqueros las rodaban por aquí.
Tras pasear por el valle, aprovechar para comer y disfrutar, recorrimos el mismo camino de vuelta y no pudimos evitar parar en Guarrinza , para refrescarnos un buen rato e incluso lavar los calcetines.
Y terminar descansando bajo un pino viendo las formas de las nubes.
Es que llegar hasta el último punto al que se puede llegar en nos llevó una hora desde Ansó.
Unos 7 km por pista con sus baches, boquetes, baquitas,… Porque claro, ¿quién tenía mucho respecto a las vacas? Pues sí, en medio de la pista todo un rebaño de vacas. Mira que hay praos,… pues no. Ahí, en medio, y na ni acosándolas, ni bocina, ni na. Impasibles. Así paramos creo que cuatro coches. Del tercero se bajó un caballero muy resuelto que sopechamos era menos urbanito que el resto. A palmas, voces y alguna coz (perdón, patada) consiguió apartarlas lo suficiente para poder pasar.
La pista de guarrinza es aburrida. Muy aburrida, pero por suerte va subiendo con suavidad así que, al menos, no se hace dura. Hay algunos atajos que fuimos pillando, aunque el último, el más gordo se nos despistó al subir y lo vimos ya desde arriba,… así que para la vuelta, lo teníamos claro.
Desde ahí vemos la pista que hemos ido dejando atrás.
Al terminar la pista y tras pasar una valla que evita el paso del ganado veremos un pequeño refugio. Para la vuelta, es ahí, antes de pasar esta vaya y junto al refugio donde cogeremos un pequeño atajo que nos evitará alguna curva potente de la pista que nos acabamos de tragar.
A partir del refugio, entraremos de lleno en el valle de aguas tuertas. Un paisaje de película. Para mí que Bonanza y las pelis de indios y vaqueros las rodaban por aquí.
Tras pasear por el valle, aprovechar para comer y disfrutar, recorrimos el mismo camino de vuelta y no pudimos evitar parar en Guarrinza , para refrescarnos un buen rato e incluso lavar los calcetines.
Y terminar descansando bajo un pino viendo las formas de las nubes.