Responsabilidad en la montaña: nos interesa a todos
Publicado: 04.07.2007 - 23:00
Me gustaría aprovechar este fantástico punto de encuentro para lanzar este post, a modo de mensaje dentro de una botella, con el animoso propósito de conseguir calar mínimamente en todos aquellos que, apasionados o no de la naturaleza, os dejéis caer por aquí.
No sé vosotros, pero yo no aguanto más, estoy harto, estoy hasta las narices de seguir conviviendo con la irresponsabilidad y la improvisación en la montaña.
Os resumo el caso: Valle de Pineta, hacia las 13.00h del mediodía, a mitad de la subida al Balcón (4 horas desde el aparcamiento, según reza el cartel, y 1.200 metros de desnivel a superar en constante y dura pendiente) El sol, no en vano es julio, le está cascando con ganas.
Mientras voy bajando, hace ya un rato que veo subir en lenta procesión a un numeroso grupo de personas. Cuando llego a ellos, compruebo que se trata de cuatro monitores ataviados con una suerte de pañuelo de colores al cuello y camisetas con una leyenda estampada, que no me entretengo en leer, que tira de un “rebaño” de aproximadamente veinte o veinticinco chavales de no más de quince años ataviados la mayor parte de ellos con pantalón largo de chándal, alguna sudadera, una suerte de zapatillas de seudotreking de marcas punteras como ñadidas o ñike (en temas de montaña, háganme un favor, háganselo ustedes mismos: váyanse a la mierda) y con cara de estar recluidos en la casa del terror con el cerrojo echado por fuera. Eso sí, mochilas veo más bien pocas (son útiles para llevar agua y algo de comer).
Me aparto del senderillo por aquello de aplicar a las piernas la máxima carretera de: “en cuesta, la preferencia siempre para el que sube”, me seco el sudor y limpio mis gafas de sol ( ah, sí, ellos tampoco llevan) mientras espero a que alguien formule la pregunta mágica...
No salgo de mi asombro cuando uno de los “guías” (cercano a los treinta, ojo) de nuestra ya querida expedición al pasar por mi lado es quien abre la boca para decir:
- ¿Falta mucho?
¿Perdón? ¿Me estás preguntando, tú, si falta mucho? ¿Siendo responsable de un grupo de críos y sin tener ni puñetera idea de adónde los llevas?
Viendo lo mal equipados que vais, casi dos horas; mejor si os dais la vuelta, le respondo.
- Hombre, ya que estamos aquí, bajar ahora....- argumenta.
Cabeceo, juro en arameo y continúo mi camino pensando, deseando, mejor dicho, no tener que ver mañana el careto cariacontecido del presentador de turno mientras cuenta cómo Pablo, Alba y Marcos se despeñaron ayer ochenta metros por una ladera de piedra suelta y tierra ante la sorprendida mirada de sus impotentes monitores...
Me pregunto cuántos de esos chavales volverán a repetir una excursión en el monte. Cuántos de ellos disfrutarán con la naturaleza y se esforzarán en preservar el medio ambiente. A cuántos de ellos no se les cortaría ayer las alas verdes del mundo que existe, presionado y asfixiado, más allá de las ciudades gracias a la incompetencia y a la falta de responsabilidad del patoso de turno.
Los que veáis en la montaña un parque temático de la naturaleza, por favor, no malgastéis vuestro tiempo, buscad otras alternativas para vuestro ocio.
Y nada más, siento lo atípico de este post frente a la tónica general del foro, pero me he quedado jodido y necesitaba lanzar un S.O.S. de advertencia. No se es menos que nadie por ser capaces de reconocer nuestras limitaciones y saber valorar las de quien nos acompaña, al fin y al cabo, la conciencia en la sombra del alma y siempre va pegada a nuestros pies.
Especialmente dedicado a los que confiamos a nuestros hijos a otras manos.
Un saludo,
Nacho Ezquerra Barrios
No sé vosotros, pero yo no aguanto más, estoy harto, estoy hasta las narices de seguir conviviendo con la irresponsabilidad y la improvisación en la montaña.
Os resumo el caso: Valle de Pineta, hacia las 13.00h del mediodía, a mitad de la subida al Balcón (4 horas desde el aparcamiento, según reza el cartel, y 1.200 metros de desnivel a superar en constante y dura pendiente) El sol, no en vano es julio, le está cascando con ganas.
Mientras voy bajando, hace ya un rato que veo subir en lenta procesión a un numeroso grupo de personas. Cuando llego a ellos, compruebo que se trata de cuatro monitores ataviados con una suerte de pañuelo de colores al cuello y camisetas con una leyenda estampada, que no me entretengo en leer, que tira de un “rebaño” de aproximadamente veinte o veinticinco chavales de no más de quince años ataviados la mayor parte de ellos con pantalón largo de chándal, alguna sudadera, una suerte de zapatillas de seudotreking de marcas punteras como ñadidas o ñike (en temas de montaña, háganme un favor, háganselo ustedes mismos: váyanse a la mierda) y con cara de estar recluidos en la casa del terror con el cerrojo echado por fuera. Eso sí, mochilas veo más bien pocas (son útiles para llevar agua y algo de comer).
Me aparto del senderillo por aquello de aplicar a las piernas la máxima carretera de: “en cuesta, la preferencia siempre para el que sube”, me seco el sudor y limpio mis gafas de sol ( ah, sí, ellos tampoco llevan) mientras espero a que alguien formule la pregunta mágica...
No salgo de mi asombro cuando uno de los “guías” (cercano a los treinta, ojo) de nuestra ya querida expedición al pasar por mi lado es quien abre la boca para decir:
- ¿Falta mucho?
¿Perdón? ¿Me estás preguntando, tú, si falta mucho? ¿Siendo responsable de un grupo de críos y sin tener ni puñetera idea de adónde los llevas?
Viendo lo mal equipados que vais, casi dos horas; mejor si os dais la vuelta, le respondo.
- Hombre, ya que estamos aquí, bajar ahora....- argumenta.
Cabeceo, juro en arameo y continúo mi camino pensando, deseando, mejor dicho, no tener que ver mañana el careto cariacontecido del presentador de turno mientras cuenta cómo Pablo, Alba y Marcos se despeñaron ayer ochenta metros por una ladera de piedra suelta y tierra ante la sorprendida mirada de sus impotentes monitores...
Me pregunto cuántos de esos chavales volverán a repetir una excursión en el monte. Cuántos de ellos disfrutarán con la naturaleza y se esforzarán en preservar el medio ambiente. A cuántos de ellos no se les cortaría ayer las alas verdes del mundo que existe, presionado y asfixiado, más allá de las ciudades gracias a la incompetencia y a la falta de responsabilidad del patoso de turno.
Los que veáis en la montaña un parque temático de la naturaleza, por favor, no malgastéis vuestro tiempo, buscad otras alternativas para vuestro ocio.
Y nada más, siento lo atípico de este post frente a la tónica general del foro, pero me he quedado jodido y necesitaba lanzar un S.O.S. de advertencia. No se es menos que nadie por ser capaces de reconocer nuestras limitaciones y saber valorar las de quien nos acompaña, al fin y al cabo, la conciencia en la sombra del alma y siempre va pegada a nuestros pies.
Especialmente dedicado a los que confiamos a nuestros hijos a otras manos.
Un saludo,
Nacho Ezquerra Barrios
logro pasar.