Sin duda uno de los episodios más felices que recuerdo de mi vida son esas jornadas de 15 dias de campamentos de montaña que hice desde los 8 hasta los 15 años, en donde convivíamos una cuarentena de chavales y unos pocos monitores en un campamento, desde el cual hacíamos durante todo el día todo tipo de juegos y excursiones. Recuerdo ese ambiente como un entorno sin apenas maldad y mucha felicidad y alegría, donde te lo pasabas pipa, te echabas muchas risas y te pegabas alguna palizilla que otra...
Creo que sin duda alguna, el haber ido a un campamento fué lo que hizo que amara los pirineos y la montaña. Si no hubiera ido, quizás estaría pasándome los veranos en la playa como un cangrejo
En mi caso fuí un campamento de niños diabéticos en Villanúa ¡qué recuerdos!

y la mayor lección que recibimos fué que el hecho de tener una enfermedad no debía ser impedimento para darnos tremendas pateadas. Tambien recuerdo a los monitores, quienes pienso hoy en día que eran gente muy especial, porque eran capaces de hacer todo el día el idiota sin importarles, al mismo tiempo responsabilizarse y hacerse con un montón de críos. Un olé para ellos. Me hubiera gustado mucho ser monitor, pero el tiempo se me pasó y nunca lo fuí...
Los días se pasabn tan rápido y te lo pasabas tan bien que ya en la 1º semana empezabas a pensar lo poco que te quedaba ya... pero esos recuerdos felices, ¿son iguales en todos los que fueron a campamentos?, ¿cómo fué vuestra experiencia?, ¿quizás una pesadilla como la del campamento Krusty?




