
Mi objetivo es llegar al menos a la caseta de eléctricas que hay en la subida al Puerto. Miro el reloj y asumo que no lo conseguiré, así que toca despedirse de forma rápida porque la inclinación de la pala por la que estábamos cruzando no daba demasiada confianza.
Vuelvo por nuestra huella y a pesar de la ladera no puedo dejar de pararme:
Esto me espera por delante:

Mientras la aventura sigue avanzando por detrás:

El silencio me sobrecoge, la rabia de tener que bajar me pincha las venas. Jamás me he sentido tan solo.
Una última


Y cabeza fría hasta el bosque. Guardo la cámara y desenfundo el piolo
Llegando a S. Nicolás el invierno se anticipa en la postal:


Y en el


Enhorabuena, Ángel y a todo este foro, también.
Un abrazo