La idea era de haber escalado la arista, bajar a dormir a Tucarroya y haber permanecido un par de días más realizando otras actividades igual de interesantes, pero no pudo ser: el peso que llevábamos (mi mochila pesaba en casa 20 kg y le añadí más hierros y la cuerda de Pablo), la abundante nieve que todavía quedaba en la pared que nos hacía avanzar más despacio de lo deseado, y finalmente,la niebla que entró a media tarde, impidiendo la visibilidad, hizo que tuviésemos que vivaquear en una pequeña terraza situada a cinco largos del final de la escalada, trastocando el plan final. De todas formas, hemos salido convencidos de que hemos realizado algo "grande".
Los protagonistas de la aventura en el parking de Gavarnie:

Y nuestro objetivo:

Subimos a dormir a la Cabaña de Pailla, con nuestro objetivo encima.

Al día siguiente subiremos en dirección al Couloir Swan, tomando el pequeño valle situado a la derecha que nos lleva hasta un pequeño collado desde el cual vemos los primeros largos de la escalada:

Comienza la tónica de estas dos jornadas, escalada disfrutona y muy aérea.

Pablo no está en forma como para tirar de primero, por lo que me tocará hacerlo a mí en los 14 largos que nos salen al final. Alrededor de las seis de la tarde entra la niebla, impidiendo ver la continuidad de la vía y todavía nos quedaban los largos más difíciles...

por lo que decidimos vivaquear en una buena repisa que encontramos. Al final la niebla se disipó y quedó atrapada en el fondo del valle. En esta estrecha habitación con vistas íbamos a pasar la noche...

viendo este precioso anochecer...

y este aún más bonito amanecer:

Finalmente, tras más de 12 horas efectivas de escalada, llegamos al final de las dificultades...

y a la cima:

Sólo nos queda bajar al refugio de Tucarroya a dormir y volver al día siguiente a Gavarnie a través de la Hourquette
d´Allans.