Hola amigos…, con un poco de retraso os pongo el reportajillo de nuestra salidita veraniega-montañera de este año… En un principio estaba previsto atacar el Balaitus por la gran diagonal pero, trasteando por Internet, encontré un par de reportajes de la circular al Vignemale y, consultándolo con los compis de fatigas, se decidió hacer esta ruta. El año que viene, a por el Balaitus…
Como siempre, este report no pretende ser una reseña detallada si no que tratará de impresiones, opiniones y sensaciones vividas al realizar el recorrido desde nuestro punto de vista. Este se puede describir como espectacular, completo, digno de estar en la mochila de todo montañero que se precie y….cansino…, muy cansino. Todo es cuesta arriba y cuesta abajo, el único tramo liso ( y corto) es de camino al lago de Ossue…
Ya lo sabíamos, pero este año hemos vuelto a comprobar que todo está más alto y más lejos de lo que parece…
El recorrido por etapas iba a ser el siguiente:
- Bujaruelo - final del valle del Ara.
- Final del valle del Ara - Refugio de Bayssellance.
- Subida al Vignemale y vuelta a Bayssellance.
- Refugio de Bayssellance – Cabaña de Lourdes
- Cabaña de Lourdes – Bujaruelo.
Del plan inicial, se descolgó una etapa…, la subida al Vignemale. No pudo ser…, luego contaré por qué. Por cierto, ya sé que algunos considerarán las etapas cortas o muy cortas pero os recuerdo que seguimos siendo “novatillos” y pirineistas nivel básico+.
Se me olvidaba…, el equipo olímpico se compuso de mi hermano, mi primo, un colega de Logroño “el Jose” y yo mismo. Mención especial para el Jose…, un auténtico máquina que tuvo la paciencia y abnegación de soportar nuestro paupérrimo ritmo y nuestras interminables paradas técnicas sin rechistar ni protestar. Para que os hagáis una idea, por él hubiéramos llegado el primer día hasta Bayssellance del tirón… Desde aquí nuestro agradecimiento a tan peculiar personaje…, te queremos Jose.
Bien…, para empezar, este año nos tomamos muy en serio lo del peso de las mochilas…Estábamos dispuestos, esta vez sí, a llevar solo lo imprescindible…, crampones, piolet, infiernillo, casco, anís, cervezas, whisky… ¿Resultado?, pues el de siempre…, mi mochila pesaba 17 kilos al salir de casa, sin el agua, sin los callos y alguna otra cosa que se añadió después. La de los compis más de lo mismo… Decididamente no tenemos remedio…
Antes de empezar, tengo que pedir perdón por la calidad de las fotos que hice yo…Sí…, ya sé que siempre me pasa algo con las cámaras…


Vamos al lío……….
Bujaruelo – Final del valle del Ara.
Qué decir del Valle del Ara…., precioso, espectacular, bosques, cascadas, vistas alucinantes del macizo del Vignemale y…. largo, muyyyyyyyyy largo. Hay que tomárselo con calma y no ir deseando llegar, ni pensando que el final está detrás del siguiente repecho. Por fin aparece y ves que el esfuerzo ha merecido la pena.
Por cierto, pensaba que algún sitio medio en condiciones encontraríamos para plantar la tienda, pero la sorpresa fue encontrarnos un estupendo, amplio y confortable vivac que nos pareció un regalo divino… Lo cierto es que nos hubiera costado encontrar un sitio plano, sin piedras y sin cagadas de vaca…
En resumen, etapa de toma de contacto, bonita pero larga. Ah!, mejor olvidarse de por donde hay que ir al día siguiente ( lo tenemos enfrente) y disfrutar de los callos, las cervecitas y los cubatitas a la luz de las estrellas….
Servidor con el macizo del Vignemale al fondo…

A la vista la cabaña de Cerbillona…

Paradita en la cabaña con el voto en contra del Jose…

Remontando el valle del Ara

Parece que refresca…

Por fin el fondo del valle. Se puede ver parte del vivac.

Final del valle del Ara - Refugio de Bayssellance
Etapa cañera, en realidad una de tantas… Para empezar bien la mañana, hay que subir los 300 metros del Puerto de los Mulos que el día anterior habíamos intuido sin creérnoslo del todo. Una vez asumida la realidad, recogimos los trastos y parriba.
Al principio, la subida se hace dura, recién desayunados y las piernas todavía sin desperezarse… Después se lleva mejor. Una vez allí, las vistas son impresionantes. Murmullos de admiración se oyeron entre los expedicionarios al tiempo que alguien preguntaba con voz de falsete “ ¿hay que bajar hasta allíííííí…? El asustado se refería al refugio de Oulettes, 400 metros más abajo. Razón tenía el jodío, no se veía por ningún lado por donde bajar, solo un gran precipicio a nuestros pies…
Pero, como siempre, hay un sendero que baja, y qué sendero…Según se pierde altura, a la derecha va apareciendo poco a poco la cara norte del Vignemale… Eso hace la bajada espectacular y más llevadera a la vez que peligrosa al estar más pendiente de las vistas que de lo que hay que estar, es decir, de no tropezar y llegar antes de tiempo al refugio…
Una vez abajo, fotos y más fotos a la, tantas veces vista en reportajes, cara norte del Vignemale. No hay palabras ni retrataduras que lo describan, hay que estar allí y verlo…
Una vez que conseguimos cerrar la boca y salir del trance, tiramos para el refugio. Descansito, cuatro bocados al chorizo, un poco de jamón y queso, manzanita, chocolate y…. otra vez parriba.
Tenemos por delante 600 metros de subida hasta la Hourquette de Ossoue…, despacito y buena letra. Gracias a varias zetas, la subida se lleva medianamente bien, aunque eso no quita para que los sudores aparezcan por tercera o cuarta vez. Además, tenemos en todo momento a la vista los glaciares de Oulettes y los del Petit Vignemale lo que hace el camino precioso y espectacular.
El último tramo se nos hizo demasiado largo, la barra de energía estaba a punto de ponerse en rojo… Ufff, por fin arriba. Otra vez empanados y con la boca abierta, mirases donde mirases el panorama era espectacular…El refugio de Bayssellance está a tiro de piedra, 50 metros más abajo en un entorno idílico...
A todo esto, a alguien se le ocurrió sugerir el subir al Petit Vignemale, seguramente al Jose. Entre que queríamos estar antes de las 6 en el refugio para reservar la cena y la respetable paliza del día, el silencio fue la respuesta que flotó en el aire… Aún así, el Jose dijo que él sí subía así que quedamos en el refugio y partió con nuestras bendiciones. Joder…!, un poco más y nos alcanza antes de llegar el jodío…
Para el resto del día quedaba: cervecita, montar la tienda, cenar, consultar la previsión del tiempo y el cubatita de rigor, por ese orden.
Después hubo que tomar decisiones difíciles… Las previsiones daban excelente para el día siguiente, el previsto para la subida al Vignemale, y tormentas fuertes por la tarde noche para el día después, el previsto para dormir en la cabaña de Lourdes. No queríamos que nos pillara tormenta por ahí arriba así que, con tristeza infinita y pecando quizá de prudentes, decidimos no subir y tirar para abajo al día siguiente.
Esa noche nos fuimos a dormir un tanto abatidos y decepcionados.
Mi hermano “pequeño” y yo en lo alto del puerto

Una de las muchas paradas con el refugio de Oulettes al fondo

Uno de los pocos sitios “planos”

Sin palabras…

Subiendo a la Hourquette

Otra de la subida

En la Hourquette. Detrás la subida al Petit

Impresionante lo que se ve por detrás…

Refugio de Bayssellance – Cabaña de Lourdes
Este día nos levantamos sin prisa, teníamos toda la jornada para llegar a la cabaña de Lourdes. Así que, todavía un poco tristones por no intentar siquiera la subida al Vignemale, nos lo tomamos con más calma de lo normal si cabe…
Por cierto, el Jose se había ido con cuatro montañeros que conocimos la noche anterior a hacer cima. Quedamos con él en la cabaña.
Tenemos por delante un recorrido relativamente corto… De hecho, a la hora de los planes en casa, se contempló la posibilidad de llegar a Bujaruelo en el mismo día. Hubo dudas y al final decidimos partirlo en dos. Y menos mal…., corto pero intenso…
De momento, bajada vertiginosa de 800 metros hasta la presa de Ossoue, eso sí, con unas vistas impresionantes de todo el valle hasta el embalse… En definitiva, un largo y espectacular recorrido no apto para rodillas delicadas.
A la media hora más o menos pasamos por tres de las cuevas de Russell. Paradita e inspección. Dos de ellas estaban prácticamente inundadas y sucias pero la otra estaba bastante habitable. Buen curro el de los operarios de aquella época.
Comentar que, llegando casi abajo, hubo que atravesar un par de neveros que nos dieron muy mal rollo, ya lo veréis en las fotos. Me acordé de Eduardosanchez y sus procesos de fusión subyacentes…
Una vez pasado el mal trago, al poco llegamos por fin abajo y nos encontramos con el único tramo llano de la aventura, cosa que agradecimos enormemente. Pateada, que se nos antojó algo larga, hasta la presa y aquello estaba prácticamente hecho…, o eso pensaba yo.
No sé por qué, me había hecho la idea de que lo que restaba desde allí hasta la cabaña sería coser y cantar, por terreno más o menos liso… Pues no, para no variar, nos chupamos una subidita de otros 100 metros hasta la cabañita de los webs…
Una vez allí, y después de tirar de cualquier manera las mochilas y darles la correspondiente patada, procedimos a inspeccionarla.
Bien como refugio de emergencia, no está demasiado sucia aunque se ve que vivió tiempos mejores… Hay hasta un cuarto de baño con ducha, por supuesto inservibles. No nos convenció y buscamos un sitio para plantar la tienda que no estuviera ocupado por las vacas y las marmotas, cosa harto difícil en esos momentos.
Al final encontramos un sitio idílico, llanito, con césped, al lado del río…, ideal para todo el equipo menos para el cortarrollos de mi hermano. Opinaba, no sin razón, que en caso de tormenta estar tan cerca del río no era demasiado recomendable. Pero entre que no había ningún otro sitio medio decente y que la otra opción era la cabaña con su población de arañas y bichos varios, se avino a razones.
A última hora de la tarde, aparecieron el Jose y sus acompañantes con el Vignemale en la mochila. Acamparon enfrente de cualquier manera con el voto en contra de nuestro amigo que quería haber seguido hasta Bujaruelo…
Cervecitas, cena, cubatitas, palique hasta las dos a la luz de un increíble cielo estrellado y a la piltra.
Vamos que nos vamos…

Adiós Vignemale. Volveremos….

Bajando…

Más abajo…

De allí arriba venimos…

Neverito de marras…

Con el culo apretao…

Ya falta poco…

Por fin abajo

Vista del campamento hacia atrás

Y hacia delante

Organizado desorden…

Cabaña de Lourdes – Bujaruelo.
Última etapa para los ya desaliñados, sucios y sufridos aunque satisfechos expedicionarios. Y no por ser la última tuvo piedad de nosotros.
Ante nuestros ojos, la subida al Puerto de Bernatuara por el valle de la Canau, aunque nosotros le rebautizamos como el valle de las vacas… No he visto tantas vacas juntas en mi vida… Era complicado andar sin pisar algún “regalo” por su parte. Menos mal que el día anterior cogimos agua de un estupendo manantial en vez de hacerlo del río….
Total, otros 400 metros de desnivel a la buchaca. Aunque al principio se lleva bien, a mitad de camino aquello empieza a empinarse que da gusto.
Los metros finales, aunque interminables, nos depositan ante la última sorpresa de la semana, el Ibón de Bernatuara. Espectacular el emplazamiento del laguito y su entorno.
Bajada al Ibón, descansito, cuatro bocados al chorizo…etc, etc. Una corta subidita por el otro lado y ya lo tenemos hecho… Bueno, en realidad solo nos faltaría superar una última y pequeña dificultad… 1000 metros de bajada hasta Bujaruelo…
No hay que pensárselo mucho así que… adelante con los faroles. Si les faltaba algo a las rodillas para terminar de machacarlas aquello fue el remate. Aún así, la bajada es bonita y espectacular.
Al llegar por fin abajo, no tuvimos más remedio que engullir unas jarras de cerveza en el refugio…, por el tema de la hidratación mayormente…
Iniciando la subida. Puerto de Bernatuara al fondo.

Llegando arriba

El Ibón.

Bajada hacia la orilla

Bajando hacia Bujaruelo

En mitad de la bajada

Bien…, creo que eso es casi todo. Comentar que esa misma tarde noche nos cayó una tormenta, con sus correspondientes aguaceros rayos y truenos, que duró hasta la mañana siguiente. Esa nos hubiera pillado allá arriba, al lado del río, si no nos hubiéramos bajado un día antes. Visto lo visto, creo que acertamos con la decisión…
Ah!, y por supuesto, esa noche no faltó el chuletón de celebración en el mismo refugio… Altamente recomendable oiga…
Ahora sí termino. Espero no haberos aburrido demasiado. Perdón otra vez por mis fotos, sé que algún día conseguiré que no me falle nada…
Ante cualquier duda o aclaración estoy a vuestra entera disposición.
Un saludo y hasta la próxima.