Como no conocíamos esta sierra pese a tenerla tan cerca de casa, decidimos ponerle remedio y buscamos una ruta asequible, interesante y no demasiado exigente.
Al final, la ruta elegida consistió en subir por la Gargnta de Bohoyo hasta el Meapoco, dormir por la zona y bajar al día siguiente por le garganta de Navamediana y así volver al

Decidimos aprovechar el fin de semana del 23 al 25 de julio ya que el lunes era fiesta aquí en Madrid y nos pusimos a ello.
El sábado salimos pasadas las 8 de casa con más de 200 kilómetros por delante y cerca de 3 horas de viaje.
Llegamos mas allá de las 11 al parking de la Garganta de Bohoyo, a 1129 metros de altitud.

Comenzamos a caminar tras acloparnos las mochilas y echarnos crema protectora, ya que el sol pegaba con fuerza.

El bosque se alternaba con claros mientras avanzábamos por la pista forestal que había al comienzo del recorrido.

De vez en cuando veíamos alguna nube que se movía por el horizonte, intentnado tapar el abrasador sol.

Seguíamos el recorrido de un sendero de pequeño recorrido, el PR-AV-16

En pocos minutos la pista forestal dejó paso a un sendero estrecho y bonito.


Al poco rato llegamos al primero de los refugios que hay en la Garganta.

Dejamos el refugio atrás y continuamos camino. Un vistazo atrás.

Otro vistazo hacia adelante, a la garganta. Las nubes empezaban a hacernos el favor de de taparnos el sol, y eso nos aliviaba bastante.

Eran las 15:00 y decidimos parar a comer. Retomamos una vieja costumbre...

Un poco más arriba nos paramos a repostar agua en un pequeño chorro.

Y continuamos camino arriba por la garganta, ahora con un poco de sombra proporcionada por las nubes.

El paisaje cambiaba poco a poco con la altura. Nos aproximamos a los 2000 metros.

Desde las últimas rampas de la subida hacia el Collado del Belesar, cerca de la Fuente de los Serranos, echamos una mirada atrás.
La fuente está mal ubicada en el mapa, ya que realmente está mas cerca del collado que del fondo de la Garganta, a unos 2270 metros de altura.
Llegamos a eso de las 19:00 a la fuente e inmediatamente empezamos a buscar dónde instalarnos para pasar las noche.

Encontramos las ruinas de un antíguo edificio de piedra y aprovechamos una de sus habitaciones para instalar nuestra tienda en el interior, ya que el viento era muy fuerte.

Descansamos un rato y, tras hacer la cama, nos pasamos a la cocina para preparar la cena.
Aquí tenemos a Arguiña-Moonking en plena faena.

Tras la cena, recogemos los pretrechos, limpiamos la cocina y a observar la preciosa puesta de sol.

Ya de noche nos vamos a la cama y a dormir, que mañana será otro día.
Continuara...