Día 1: San Nicolás de Bujaruelo- Cabaña de lourdes
Día 2: Cabaña de Lourdes- Refugio de Baysellance
Día 3: Refugio de Baysellance- San Nicolás de Bujaruelo.
El sábado tempranito partimos de Madrid Jesús, Jacinto y yo. Tras un pesado viaje llegamos a Fiscal, donde un amigo de Jesús, Antonio, tuvo la gentileza de invitarnos a comer. Un fuerte abrazo Antonio.
Salimos ataviados con nuestras pesadas mochilas de San Nicolás de Bujaruelo el sábado a las tres y media de la tarde. Cruzamos el puente y enfilamos de frente en dura pendiente sobre un camino bien trazado, el GR 11, que asciende al puerto de Bujaruelo. En unos cuarenta minutos de esforzada subida encontramos una bifurcación, a la izquierda ibón de Bernatuara, a la derecha puerto de Bujaruelo.


Giramos a la izquierda. Avanzamos por un paisaje afeado por altas torres de conducción eléctrica con el arroyo a nuestra izquierda. A los pocos metros cruzamos un puente, algo ruinoso por cierto, y pasamos a la vertiente derecha del barranco de Sandaruelo que baja las aguas desde el ibón de Bernatuara. Ya no abandonaremos esta vertiente hasta el collado.

Dejamos a nuestra derecha el refugio Plana de Sandaruelo.

Seguimos el camino guiado por hitos que en fuerte pendiente asciende por la ladera este del pico Crapera. Comienza a llover, primero débilmente, más tarde de forma decidida. La lluvia nos acompaña hasta los 1900 metros cediendo el testigo a la nieve. Sobre los 2000 metros, ya hay nieve continua, calzamos crampones. En este punto la senda asciende dirección oeste hacia la arista entre Crapera y pico Bernatuara, para después girar a la derecha, este, hacia el collado del ibón que ya adivinamos en lontananza. Atravesamos protegidos del viento por la ladera.

Al llegar al collado un sopapo de ventisca me cruza la cara y me ciega las gafas. El collado está adornado por una bonita y vertical cornisa. Afortunadamente podemos bajar pegados a la izquierda hacia la cubeta del ibón. El paisaje es sencillamente espectacular, con las nubes y la nieve, sobrecogedor.

Vista atrás

La nieve esta blanda pero no demasiado, vamos bordeando por la izquierda. De pronto me hundo hasta la cintura, gran susto pues veo que debajo no hay agua. No sin dificultad consigo salir y asciendo unos metros para hacer el rodeo un poco más arriba

Por fin llegamos al collado. Son las siete y media, hemos tardado ¡cuatro horas!

De ahí venimos

Los protagonistas en el collado



Pico de Bernatuara

Hay que bajar este fantástico valle, valle de Canau, hasta la cabaña de Lourdes donde tenemos pensado pernoctar

Decidimos bajar por la izquierda. Abajo la niebla invade el valle de Ossoue y envía sus nubes rasantes hacia nosotros, y por momento nos invade la blancura y no se distingue ni el desnivel.
Vista atrás

Según bajamos observamos coladas y purgas en todos los barrancos. La luz le da al paisaje un aire estremecedor


Por fin llegamos a la cabaña.

La encontramos en magnífico estado. Tiene dos estancias cada una con su puerta. Elegimos la que tiene dos literas situadas en escuadra. Los franceses saben cuidar sus refugios

La pernocta es estupenda, descansamos muy bien. Pero el tiempo meteorológico sigue en nuestra contra. Me levanto a las seis y media del domingo lloviendo, pero bien. Y así continuará durante toda la mañana. A las once afloja un poco y decidimos salir. En principio la idea era madrugar ir por el valle de Ossoue a buscar la entrada del glaciar para hacer el Pique Longue. Desistimos de hacer cima, decidimos ir hacia la Hourquette de Ossoue y bajar a dormir al refugio de Oulettes de Gaube. El estado de la nieve que encontremos nos empieza a preocupar seriamente. No hemos traído raquetas
Allí mismo en la cabaña tomamos el GR 10 bajando hacia la Barrage de Ossoue. Ahí está.

Son las doce cuando llegamos. Esta nublado hay mucha humedad, malo muy malo
Avanzamos valle arriba hasta el final de la presa por la vertiente izquierda. Hay un puente que cruza de vertiente por donde se adivina el camino, pero está roto. Más adelante cruzamos por la nieve. De frente se ve una bella cascada


El camino se adivina labrado en la piedra. Ascendemos decididamente por una pala de nieve hacia él.

Nos cruzamos con unos esquiadores que bajan y nos confirman el pésimo estado de la nieve más arriba, uno de ellos nos pregunta si no hemos traído raquetas, estoy tentado de responderle que no hemos venido a jugar al tenis. En esta parte el camino está libre de nieve

Atrás, valle de Ossoue. Bellísima estampa

Más adelante ya es nieve continua. Aunque el camino debe de ir más arriba por nuestra izquierda, nosotros avanzamos por el fondo del barranco siguiendo huellas de esquíes y una de raquetas de algún grupo más previsor que el nuestro. Se ven aludes por todos lados. La tensión se mastica



Llegamos a esta cascada que salvamos ascendiendo por la derecha para más arriba volver a nuestra izquierda. Hay muchísima nieve.


Jesús optimista, no se le ve preocupado

Estamos en la parte baja del valle del Glaciar

Vista atrás

Ascendemos poco a poco son las dos de la tarde. Cada paso hay más nieve, recién caída, cada vez nos hundimos más

Otro grupo de esquiadores que bajan nos vuelven a preguntar si no llevamos raquetas. Son como bofetadas. Buen viaje

Son las dos de la tarde y nos queda una zeta de unos ochocientos metros. Para colmo sale el sol y empieza a calentar. Es descorazonador avanzar así

Entrada del Glaciar

Pico de Labás

En primer término el que relata sobre lo que debe ser la cueva de Bellevue, al fondo Jacinto asciende con mucha paciencia.


Y es esta virtud la que hace que soportemos no haber traído raquetas. En la curva de la zeta se bifurca el camino, de frente hacia la entrada del glaciar, a la derecha hacia la Hourquette de Ossoue y el refugio de Baysellance. Jacinto para a comer agotado, mientras nosotros, muy cascados también esperamos unos doscientos metros más adelante. Jesús propone dormir en Baysellance ya que vamos muy castigados, no sólo físicamente, sobretodo mentalmente. Además pensar en bajar al refugio de Oulettes de Gaube por una ladera a la que ha dado el solo toda la tarde… Aún nos quedan unos cuantos metros por esta soleada ladera para girar a la izquierda, norte, por un collado. Nos reunimos los tres y avanzamos hacia ese collado, con paciencia llegamos y al cambiar de dirección la nieve está más consistente. En unos metros, ya en dirección norte, coronamos un alto desde donde ya vemos el refugio de Baysellance. Llegamos a las seis de la tarde. Atención hemos tardado cuatro horas en un trayecto de poco más de una hora. Por si alguien aún no se ha enterado, no trajimos raquetas

Pero realmente merece la pena, las vistas son espectaculares

El circo de Gavarnie

Zoom al Taillón

Gran Tapou, Montferrat, Petit Vignemales, Punta de Chausenque y Pique Longue

Los últimos rayos de sol de la tarde refilan la silueta de la Hourquette de Ossoue

Y más

Estupendo refugio a 2651 metros de altura, el más alto del Pirineo. No hay guarda, pero tienen abierta una habitación para el invierno con veinte plazas. Finalmente dormiremos quince personas. Dos grupos de chavales franceses, dos esquiadores catalanes que venían desde la barrage de Ossoue detrás de nosotros, tres montañeros, dos madrileños y uno cántabro y nosotros tres. Pasamos una muy buena estancia en el refugio, que nos hizo olvidar los malos momentos pasados durante el día. Los montañeros madrileños, un matrimonio, tenían amigos comunes con Jesús y Jacinto e hicimos buenas migas

Los esquiadores catalanes eran también gente agradable, uno de ellos nos definió a los cramponeros como la infantería de la montaña, qué cachondo el “jodío”.
Después de una noche reparadora salimos el lunes a las ocho y diez de la mañana, un poco tarde, un error más. Nos despedimos de los catalanes

En unos minutos ganamos la Hourquette

Jacinto

Jesús

La bajada a Oulettes de Gaube está a la sombra, la nieve está deliciosamente dura, sin duda el mejor tramo de toda la ruta, y que vistas


Ya cerca del refugio el panorama es sencillamente impresionante

En una hora y veinte minutos estamos en el refugio de Oulettes de Gaube, el único tramo en el que hemos ido más rápido que el tiempo previsto por la organización

Bajando veíamos como el sol le iba pegando a la subida del puerto de los Mulo. Trago saliva. Salimos hacia España. No está muy mal la nieve al principio, pero empeora según subimos. Jacinto más tarde expresaba que notaba como la nieve se ablandaba a cada paso. Detrás observamos por donde hemos bajado

La hourquette de Ossoue

Ya llegamos al puerto de Los Mulos

En el puerto paramos a descansar un buen rato, las vista son espectaculares

Charlamos con unos esquiadores que ha subido por el valle de Ara, y nos comenta la gran cantidad de aludes que ha tenido que cruzar. Nos refrescamos, comemos algo y tiramos para abajo. Son las doce del mediodía, va a ser un día largo. En verano el camino esta hacia la derecha, pero decidimos seguir la huella de los esquiadores a la izquierda
Llegamos a los restos de un alud, miro hacia arriba y veo esto

Si seguimos la huella hay que pasar bajo esta mole de nieve con visos de caer.
Giro a la derecha para evitarla, buscando otra zona por la que poder bajar. Finalmente veo una zona limpia de rocas hasta abajo, pero está muy empinada. A unas malas me doy la vuelta y le enseño el culo al valle. Con mucho cuidado desciendo. Jacinto cae en un pozo, Jesús le ayuda a liberarse. En el momento en que me pongo de culo, resbalo. Consigo autodetenerme con el piolet, al intentar levantarme vuelvo a resbalar y decido bajar regulando con el regetón. Mis compañeros me imitan y bajamos en un pis pas. Cursillo rápido de autodetención, que gran herramienta el piolet. Pero el susto no me lo quita nadie.
Descendemos por la vertiente izquierda del valle, afortunadamente la nieve no está muy blanda. Circo de Ara

Montaña de Panticosa

Ya cerca de la choza de batanes cambiamos a lado derecho, justo donde se acaba la nieve. Descubrimos que es un error, ahora para volver a tomar el camino tenemos que cruzar el río, algo que se nos presenta complicado

Lo conseguimos sin problemas, aunque nos ha llevado su tiempo. Avanzamos ahora sin más problemas que el duro sol que azota nuestra piel inclemente. Encima olvide la gorra, tiene delito. Bueno y cruzar los torrentes que bajaban rabiosos. Llegamos al desagüe de Labaza. Admiramos esta parte del macizo que aún conserva mucha nieve. Menos mal que decidimos no subir por ahí. No todo iban a ser errores
Recuenco de Labaza

Cerbillona y Central

Cabaña de Labaza

Valle de Otal

Cabaña de Ordiso

Ya llegamos

Por fin a la siete de la tarde llegamos a San Nicolás. Once horas que barbaridad, y aún tenemos que volver a Madrid. La verdad es que la montaña está siempre por encima de nosotros
Por último agradecer a mis compañeros Jesús y Jacinto que con su esfuerzo, solidaridad y compañerismo han convertido esta atribulada ruta en una experiencia gratificante y enriquecedora. Un saludo.