Con dos hijos que ya han pasado la adolescencia a veces cuesta montar un plan de vacaciones que interese a todos y para el que no haya que pedir un crédito al BCE.
Tampoco teníamos problemas en que nos dijeran que pasaban de nosotros y de vacaciones familiares pero, nada, no hay manera, estos parece que se apuntan a un bombardeo.
El plan ha sido:
DIA 1 – Cueva del Moro + Barranco del Viandico
DIA 2 – Ruta en 4x4 por los Miradores de Ordesa
DIA 3 - Ferrata del Sorrosal para los jóvenes – Valle de Otal para los mayores.
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DIA 1 – Cueva del Moro + Barranco del Viandico
Las fotos de la excursión de la cueva, del barranco y de la ferrata son del guía de la actividad, que por cierto, el primer día perdió la cámara y casi nos quedamos sin pruebas gráficas y eso ya sabemos lo que significa… que si no hay
, no has estado. Pero bueno, al final apareció y todos contentos.
La primera odisea fue ponerse los trajecitos de neopreno que ya nos hizo sudar lo nuestro. Pero una vez embutidos… todos al fresco y a la pista de patinaje.
Tras el primer chapuzón, ya estaba el pequeño, bueno el más joven, de la casa con las manos congeladas.
La verdad es que no eran complicados los pasos y una vez que te pringabas de barro… daba igual andar que arrastrarse.
Tras el paso por la cueva, salimos al sol e hicimos un pequeño parón para reponer fuerzas. Bocata y algo de agua potable. Eso no impidió que los más jóvenes no pararan de entrar y salir del agua continuamente.
Pero el primer salto fue, con diferencia, el peor. Algunos llevábamos un rato al sol calentitos y el salto era bastante alto (al menos eso me pareció a mí), así que se nos metió agua congelada (que viene de dentro del monte) hasta las meninges. Y además había que salir nadando de la poza. Como comienzo fue todo un bautizo.
A partir de ahí se fueron sucediendo los pasos estrechos, pozas, cascadas,…
Creo que ésta es la única
que tenemos los dos juntos en todo el viaje. E incluso parece que lo estamos pasando bien.
Aquí ya estábamos llegando al final del trayecto y es cuando la cobarde del grupo decidió que el rappel lo iba a hacer rita la cantaora y que se marchaba ‘’’por tierra’’’ a esperar al resto de la banda en la última poza.
Sí, ya me lo han dicho,… esto era lo más fácil. ¡¡¡Y a mí qué!!!
Y el último punto de salto fue repetido una y otra vez por algunos.
De ahí, una buena subidita monte arriba hasta la fragoneta y vuelta al pueblo. Descargar y arrear para el hotel, para seguir a remojo un ratito en la piscina.
Esa noche nos vimos obligados a reponer fuerzas en Buesa, en donde nos habían dicho que se podían comer las mejores txuletas de todo el piri. Y la verdad es que no nos defraudó nada de lo que por allí nos encontramos.
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