Recorrido curioso y espectacular, largo, con buenas vistas sobre el Cañón de Añisclo. En el mejor estilo del peculiar lenguaje de «las fajas», típicas del territorio del Parque Nacional. Variable de anchura, con pasos estrechos muy llamativos, se desarrolla sobre aproximadamente cuatro kilómetros, unos ochenta metros por debajo de las cornisas superiores de Añisclo. Vía original que, por su situación, exige formar parte de un circuito, largo y con exigencias de combinación de vehículos, pero del mayor interés.
Desde el refugio de pastores de Cuello Arenas (1900 m)., bajar hacia el fondo del barranco de la Pardina, dirección NE. por una pequeña torrentera, hasta alcanzar un abrigo bajo roca. Tomar la orilla izquierda del barranco, bastante altos. La faja, al principio bastante vaga, pronto se hace evidente, aunque estrecha, lo que le da su carácter insólito. El trayecto hasta la desembocadura de la Pardina es, con mucho, su tramo de mejor interés, con grandes entrantes y salientes y algún paso francamente atractivo.

Se alcanza un espolón por encima de la Ripareta. Comprobar en el acantilado superior la existencia de una canal que permite alcanzar la cornisa superior. El camino cada vez menos marcado, toma la dirección Norte por encima del Cañón de Añisclo. Marcha más dificultosa por la vegetación más abundante. Pasos muy estrechos, y otros delicado bajo el agua de algunas cascadas (al comienzo de temporada). Pendientes de hierba marcan la aproximación al barranco Capradiza. Mantenerse a nivel para atravesar el barranco. Se encuentra el sendero que baja al fondo del cañón.
Horarios: Cuello Arenas al fondo de Añisclo por la Faja de la Pardina, 2’30 h.