Territorio tan difícil, con pocos y mínimos núcleos de población y vocación ganadera, es lógico que estuvieran servidos, por un buen número y complejos caminos que permitieran la comunicación entre unos y otros.
El que nos ocupa es interesante de conocer, porque une el pueblo de Gallisué en la carretera de Puyarruego – Buerba (itinerario nº 41) con el fondo de la garganta y a la carretera, permitiendo una interconexión, difícil por lugar diferente.
Desde la carretera, para subir, está bien aparente, a la izquierda, con un pequeño terraplén arreglado con piedras. Por entre la vegetación sube de forma inteligente, entre lazadas y largas diagonales, para alcanzar las casas de Gallisué, en una hora.
Para bajar, más lógico, es preciso dejar la pista, llegar hasta las casas, seguir en dirección N/NO. y antes de coger el camino de los Sardineros, hacia abajo, entre la maleza, sale el camino, que se mantiene bien marcado y baja a la carretera en tres cuartos de hora, sin correr.
Su trazado tiene sentido, pues cruzaba el río Bellós por el puente de Las Latiallas, simples maderos colocados entre dos grandes piedras, y subía por la orilla izquierda del río, zigzagueando hasta la Casa de la Barona. El puente ya no existe y en la orilla izquierda, el primer tramo contiguo al río casi ha desaparecido.